miércoles, 17 de junio de 2015

Pueblos del Valle del Omo

El Mursi vive en la cultura del Kalashnikov

Los Mursis sufren la presión de los gobiernos por la creación y conservación de los Parques Nacionales además de otras tribus que son enemigas por tradición. Entre ellas luchan constantemente por el ganado vacuno que constituye la principal riqueza de un hombre. Treinta y ocho vacas y un Kalashnikov es el pago por una esposa.
Aparte de beber la sangre del ganado mezclada con leche, comen el sorgo y el maíz y recogen café silvestre. En la estación seca, se mueven cerca del agua. En la temporada de lluvias buscan el pasto más exuberante para su ganado.
Las mujeres lucen platos en los labios que son un signo de belleza apreciada por los hombres y mujeres por igual. Nos preguntamos cómo pueden comer, o dar simplemente un beso. Sin embargo se los quitan cuando están en sus poblados, en sus chozas de paja, y se los ponen de nuevo cuando aparecemos los turistas.

Los Mursis no tienen líder ni sistema de gobierno. Toman las decisiones en asambleas hasta que se alcanza un consenso. Si un miembro de un grupo de edad se comporta mal, todo el grupo es castigado.
Los parques nacionales cercanos y reservas de caza son un grave problema para los Mursis. Mientras que los turistas ricos pagan por cazar sin piedad,  a la gente de las tribus no les está permitido hacerlo así como tampoco sus ganados pueden pastar allí. Los Mursis sienten que no han sido debidamente consultados sobre los parques, además de otros temas importantes como la construcción de carreteras a cambio de cesión de tierras a los turcos para hacer extensas plantaciones de algodón.

Después de algunas paradas más nos metimos en un poblado, Butigua, donde nos hinchamos a hacer fotos. Vimos como hacían harina y comían carne cruda de vaca. Reunimos a todo el poblado para que Alberto les hiciera unos juegos de magia. El jefe Olisarali Olibui participó en el juego de la moneda que desaparece misteriosamente y disfrutó mucho. Llamaba la atención su aspecto orondo y limpio y su vestido, una túnica con rayas rojas, en contraste con la desnudez del resto de su gente. Cuando estuvimos con él no teníamos noticia de que estábamos ante un artista y un hombre de talento que lucha por su pueblo. Más bien pensamos que los gobiernos extranjeros lo habían paseado por sus países con intención interesada. Después de recibir una cámara de vídeo, Olisarali Olibui se dedicó filmar los acontecimientos que afectan a su comunidad. Rápidamente se dio cuenta del poder del cine en la difusión de los mensajes y tuvo la idea de ir mostrando las imágenes a su propia gente y los de afuera como una forma de transmitir información y buscar la comprensión hacer una película sobre su comunidad desde su perspectiva y la de su hermano de Milisha. Su objetivo era ayudar a los extranjeros a entender la forma de vida de los Mursis. Se dirigió al proyecto del Reino Unido DFID que trabaja en el conocimiento y la comprensión de pastores en Etiopía, Crecimiento Democracia y Paz para pastores (DGPP) y pidió apoyo para hacer la película. DGPP acordó financiar la película y le presentó a Peter Moszynski, un periodista que trabaja en África oriental que llevó la idea adelante y buscó el cineasta Ben Young. Hubo una proyección de prueba en el Festival Internacional de Cine de Addis en Addis Abeba, Etiopía, en marzo de 2009. Posteriormente obtuvo varios premios y reconocimientos.
En cuanto al idioma, el amárico o amhárico, desciende de la extinta lengua antigua ge'ez, una lengua semítica sudoccidental. Es hablado en el norte y centro de Etiopía, donde es lengua oficial. Toma su nombre de la etnia amhara, tradicionalmente habitantes del norte y centro de Etiopía. Fuera de Etiopía, el amárico es la lengua de 2,7 millones de emigrantes, que viven en Egipto, Israel y Suecia. También es hablada en Eritrea por los deportados eritreos procedentes de Etiopía. Es la segunda lengua semítica en cuanto a número de hablantes, por detrás del árabe y por delante de lenguas como el tigriña y el hebreo. Se escribe usando un silabario llamado "fidel" o "abugida" adaptado del que se usó para escribir la extinta lengua ge'ez. todavia utilizada por la Iglesia Etiope en su liturgia.

Etiopia: pueblos del Valle del Omo

Octubre-Noviembre 2014

Los Mursis

Estamos en Jinka y hoy también pernoctamos aquí. Es viernes 31 de Octubre.  Desde esta base intentaremos ver el mayor número de poblados Mursis.
Salimos a las 8:00 y nada más abandonar el pueblo, me resisto a llamar a Jinka ciudad a pesar de que tenía un campo de aviación, una larga pista de césped ocupada a veces por gente que debía de apartarse si venía una avioneta, atravesamos el río Neri el cual lleva bastante agua de modo que los coches hunden sus ruedas totalmente pero pasan sin problemas. Hay gente bañándose, lavándose ellos y el vehículo. Pero, ¿dónde no hay gente?
La carretera es una pista ancha. A los pocos km recogemos al guía y más adelante a un ranger que suben al coche de Joaquín junto al chófer. En la parte trasera van Joaquín y las mujeres Maricarmen y María José. El ranger lleva bigote, uniforme caqui y un Kalashnikov.
El camino ahora ya no tiene tanta gente como las carreteras de los días anteriores, nos va alejando de la civilización. Pronto comienza a ascender para subir un puerto y divisamos un valle extenso que pertenece al Parque Nacional del Mago.
En su interior circulamos por una recta pista bordeada de espesa aunque baja vegetación con acacias dispersas. Cruzamos por un estrecho puente el río Mago y al poco nos detenemos para que el ranger entregue unos paquetes de comida a unos soldados de un puesto de control. Más adelante la vegetación es más baja, tipo sabana africana con suelo más arenoso y escasas acacias.


Comenzamos a ver Mursis solitarios o en pequeños grupos que van acompañando a su ganado.
De nuevo la pista asciende otro puerto montañoso donde en una curva encontramos un atractivo grupo de Mursis, mujeres y niños principalmente. Nos detenemos para verlos y fotografiarles. Es impresionante el ver una mujer con un plato de cerámica de más de 10 cm. de diámetro sujetado por el labio inferior abierto y separado del mentón y con muchos adornos, pinturas en el cuerpo, colmillos colgando y collares. Los niños y jóvenes con sus caras pintadas eran también muy atractivos.
Más adelante el terreno se aplana y nos desviamos por un camino que lleva hasta un poblado y allí entramos con furia fotográfica, cámaras en ristre, disparando a todo lo que se movía. Había una mujer que llevaba un Kalashnikov. Sin embargo son gente pacífica que solo quieren de nosotros unos pocos birrs.
Continuamos el camino hasta el pueblo de Hanna y allí hemos comido nuestro jamón y después tomado café en un bareto situado enfrente del bar en que estábamos. El café estaba rico y nosotros nos distrajimos con los niños que jugaban con los globos que les habíamos regalado.
Un guardia informa a Joaquín que no se permite pasar hasta el río por allí por culpa de las obras de la autovía que están haciendo los turcos y que además los Body, un pueblo donde los hombres son todos obesos, que andábamos buscando, hacía ya un mes que se habían trasladado al otro lado del río.
Por culpa de esto nuestros planes vuelven a alterarse y por tanto hemos de volver por el mismo camino aunque nos detenemos para ver otro grupo de Mursis y después llegamos a Jinka para refrescarnos en el mismo bar con jardín de ayer.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Sobre la salud en Birmania



Como sabes los viajes son principalmente para mi hacer muchas fotos. Recuerdo que hablamos sobre la medicina en Birmania así como en broma. No es que me haya interesado el tema demasiado pero he revisado mis fotos para poder mandarte algunas de ellas que se relacionan con este tema.

He de decirte que antes del viaje me puse en contacto con Sanidad Exterior remitiéndoles el itinerario que íbamos a hacer y no me recomendaron ninguna precaución especial en cuanto a vacunas y medicación antipalúdica, solo medidas de higiene básicas en relación a agua, comida y repelentes de mosquitos.

Fue curioso ver a casi todo el mundo, especialmente a los niños y a las mujeres con la cara embadurnada de thanaka, la crema protectora solar birmana, hecha con la corteza de un árbol. Yo mismo me puse y me aguantó todo el día. Luego al lavarme comprobé que me había quedado la piel bastante fina. Compré un pedazo de tronco por un dólar y lo tengo en casa para el verano que viene. Las mujeres aprovechan la thanaka para adornarse la cara con vistosos dibujos.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Sonrisa Birmana


Una imagen característica de Birmania es la de una niña de carita linda pintada con thanaka, ojos negros y grandes, ligeramente rasgados, tocada con un sombrero ancho de forma cónica, y sonriendo ampliamente mientras te mira. Por supuesto que no le importa que le hagas un montón de fotografías, irradia simpatía y es gente además respetuosa y educada. En los lugares turísticos, los que nosotros vemos, aprovechan esta simpatía para intentar vender collares, postales, camisetas y, algo muy normal, flores para realizar ofrendas en los templos. Para ello la estrategia es la de tratar de ganarse la confianza primero diciendo como se llaman, detalles de su familia, para enseguida preguntarte tu nombre, quien es tu mujer y si tienes hijos, pero lo llamativo es la paciencia infinita que tienen para seguirte pertinazmente adonde vayas incluso, si toca haciendo kilómetros detrás tuyo, algo increíble. En la isla de Ava, situada frente a Mandalay entre los ríos Irawadi y el Myit Nge, una niña reapareció junto al carro en que viajábamos montada en una bicicleta cuando creíamos la habíamos perdido y no cesó en sus intentos de vendernos unas pulseras hasta llegar al embarcadero, justo antes de irnos, cuando en el último momento ‘claudicamos’ y le compramos unos recuerdos en medio del aplauso de los presentes que nunca creyeron en nuestra rendición. ¡Que paciencia la suya! ¡Qué sonrisa desplegó en ese instante! Su autoestima ganó mucho y yo, no solo no perdí nada, sino que una sencilla niña me dió una lección de humildad y de constancia en el trabajo aparte del regalo de su sonrisa, una sonrisa birmana.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Birmania Octubre 2012

Este año toca ir a Birmania, vamos a un país poco conocido que hoy se llama Myamnar, nombre que no existía cuando estudiábamos Geografía y que escuché la primera vez estando en Tailandia al llegar al Triangulo de Oro. El guía nos explicó que países confluían allí separados por el rio Mekong. Así que sin tener ni idea nos hemos apuntado quizás con no mucha ilusión pues a mí los monumentos, pagodas, que vi en Tailandia y en China no me gustaron mucho, tienen mucho colorido, demasiado, y me parecen fallas, no es que desprecie a éstas pero ¿cómo están hechas de cartón?  Muy distinto son los vetustos y fotogénicos templos de Nepal siempre con gente descansando sentada en sus escalinatas.
Al ponerse a leer un poco para informarse enseguida ves por todas partes el nombre de Aung Sang Suu Kyi. Suu Kyi, The Lady (la Señora) como es conocida por todo el país, es la hija del revolucionario Aung San, aquel general que primero se reveló contra los colonos ingleses y que murió asesinado en 1947. Es considerado en Birmania como el padre de la independencia.

martes, 11 de octubre de 2011

El Festival Selku (India)

Es nuestro último día en Dharali y nada más desayunar en la tienda comedor subimos a Mukhwa pues hoy si tendrá lugar el festival Selku.
Después de un largo paseo visitando casas que ayer dejamos y repitiendo en otras, haciendo muchísimas fotos y hasta tomando aperitivos a los que nos invitaron unos jóvenes en una casa en la que vimos un álbum fotográfico de una boda, nos reunimos todo el grupo frente al templo donde hacia las 12:40 h los tambores y los sacerdotes tocando una campanilla anunciaban la fiesta. Situaron el ídolo, una especie de custodia o caja metálica labrada, cubierta de telas de vivos colores, rojas y amarillas, que llevan en un anda y lo dejan en la plaza frente al templo. Posteriormente van colocando ofrendas junto a él. Uno de los sacerdotes nos fuerza a ingerir unos dulces en forma de pequeñas bolitas blancas.
Al poco de llegar comienza la fiesta, los hombres se turnan en portar el ídolo al que hacen danzar mientras la gente va acudiendo y llenándose la escalera del templo de mujeres con sus mejores galas y portando en la mano ofrendas florales.
La gente iba depositando las ofrendas al otro ídolo y al poco rato eran hachas lo que iban colocando sobre este altar.
Más tarde un hombre cogió un hacha y se sentó sobre el altar desnudándose el torso y pintándose la cara con rayas blancas. Es alguien que seguramente va a cumplir alguna promesa y pide algo al dios.
 A continuación las hachas que se habían colocado en el suelo eran sostenidas cada una por dos jóvenes y así se iba formando una fila de hachas con la hoja mirando al cielo sobre las que andaría el penitente ejerciendo toda la presión sobre ellas que determinaba su propio peso. Las hachas que ya habían sido pisadas volvían a ser colocadas delante y así progresaba la procesión que cerraba por detrás el ídolo saliendo incluso de la plaza y siguiendo por una calle donde terminaba. Todo el mundo gritaba aclamando al penitente que se ponía los dedos en los oídos como diciendo que no los oía bien y debían gritar más.
Finalizada la procesión han traído al penitente sosteniéndolo en el aire entre dos hombres hasta llevarlo al altar y este desde allí lanzaba arroz y flores al público contento por haber salido triunfante de la prueba. Yo me acerqué a comprobar si había heridas en los pies y vi que estaban indemnes. Seguro que se había preparado andando descalzo el año entero. Sus pies tenían una suela natural de piel paquidérmica.
Como muchas otras fiestas el significado es celebrar y dar gracias por las buenas cosechas que acaban de terminar.
Hubo un inglés, cuenta Ganesh, que recibió del rey de esta zona su administración y explotación de la riqueza maderera. Por lo visto decidió cambiar el ancho de la hoja de las hachas en contra de las costumbres de aquí. No creyendo en ningún dios, por lo visto un espíritu se le apareció y le maldijo diciéndole que su descendencia no pasaría de la 3ª generación y le dijo que habría gente que andaría sobre las hojas de sus nuevas hachas.
El inglés se llamaba Wilson y se casó con una india, vivía en Harshil y su hija allí se casó pero la maldición se confirmó y no tuvo más descendencia.