martes, 11 de octubre de 2011

El Festival Selku (India)

Es nuestro último día en Dharali y nada más desayunar en la tienda comedor subimos a Mukhwa pues hoy si tendrá lugar el festival Selku.
Después de un largo paseo visitando casas que ayer dejamos y repitiendo en otras, haciendo muchísimas fotos y hasta tomando aperitivos a los que nos invitaron unos jóvenes en una casa en la que vimos un álbum fotográfico de una boda, nos reunimos todo el grupo frente al templo donde hacia las 12:40 h los tambores y los sacerdotes tocando una campanilla anunciaban la fiesta. Situaron el ídolo, una especie de custodia o caja metálica labrada, cubierta de telas de vivos colores, rojas y amarillas, que llevan en un anda y lo dejan en la plaza frente al templo. Posteriormente van colocando ofrendas junto a él. Uno de los sacerdotes nos fuerza a ingerir unos dulces en forma de pequeñas bolitas blancas.
Al poco de llegar comienza la fiesta, los hombres se turnan en portar el ídolo al que hacen danzar mientras la gente va acudiendo y llenándose la escalera del templo de mujeres con sus mejores galas y portando en la mano ofrendas florales.
La gente iba depositando las ofrendas al otro ídolo y al poco rato eran hachas lo que iban colocando sobre este altar.
Más tarde un hombre cogió un hacha y se sentó sobre el altar desnudándose el torso y pintándose la cara con rayas blancas. Es alguien que seguramente va a cumplir alguna promesa y pide algo al dios.
 A continuación las hachas que se habían colocado en el suelo eran sostenidas cada una por dos jóvenes y así se iba formando una fila de hachas con la hoja mirando al cielo sobre las que andaría el penitente ejerciendo toda la presión sobre ellas que determinaba su propio peso. Las hachas que ya habían sido pisadas volvían a ser colocadas delante y así progresaba la procesión que cerraba por detrás el ídolo saliendo incluso de la plaza y siguiendo por una calle donde terminaba. Todo el mundo gritaba aclamando al penitente que se ponía los dedos en los oídos como diciendo que no los oía bien y debían gritar más.
Finalizada la procesión han traído al penitente sosteniéndolo en el aire entre dos hombres hasta llevarlo al altar y este desde allí lanzaba arroz y flores al público contento por haber salido triunfante de la prueba. Yo me acerqué a comprobar si había heridas en los pies y vi que estaban indemnes. Seguro que se había preparado andando descalzo el año entero. Sus pies tenían una suela natural de piel paquidérmica.
Como muchas otras fiestas el significado es celebrar y dar gracias por las buenas cosechas que acaban de terminar.
Hubo un inglés, cuenta Ganesh, que recibió del rey de esta zona su administración y explotación de la riqueza maderera. Por lo visto decidió cambiar el ancho de la hoja de las hachas en contra de las costumbres de aquí. No creyendo en ningún dios, por lo visto un espíritu se le apareció y le maldijo diciéndole que su descendencia no pasaría de la 3ª generación y le dijo que habría gente que andaría sobre las hojas de sus nuevas hachas.
El inglés se llamaba Wilson y se casó con una india, vivía en Harshil y su hija allí se casó pero la maldición se confirmó y no tuvo más descendencia.