miércoles, 17 de junio de 2015

Etiopia: pueblos del Valle del Omo

Octubre-Noviembre 2014

Los Mursis

Estamos en Jinka y hoy también pernoctamos aquí. Es viernes 31 de Octubre.  Desde esta base intentaremos ver el mayor número de poblados Mursis.
Salimos a las 8:00 y nada más abandonar el pueblo, me resisto a llamar a Jinka ciudad a pesar de que tenía un campo de aviación, una larga pista de césped ocupada a veces por gente que debía de apartarse si venía una avioneta, atravesamos el río Neri el cual lleva bastante agua de modo que los coches hunden sus ruedas totalmente pero pasan sin problemas. Hay gente bañándose, lavándose ellos y el vehículo. Pero, ¿dónde no hay gente?
La carretera es una pista ancha. A los pocos km recogemos al guía y más adelante a un ranger que suben al coche de Joaquín junto al chófer. En la parte trasera van Joaquín y las mujeres Maricarmen y María José. El ranger lleva bigote, uniforme caqui y un Kalashnikov.
El camino ahora ya no tiene tanta gente como las carreteras de los días anteriores, nos va alejando de la civilización. Pronto comienza a ascender para subir un puerto y divisamos un valle extenso que pertenece al Parque Nacional del Mago.
En su interior circulamos por una recta pista bordeada de espesa aunque baja vegetación con acacias dispersas. Cruzamos por un estrecho puente el río Mago y al poco nos detenemos para que el ranger entregue unos paquetes de comida a unos soldados de un puesto de control. Más adelante la vegetación es más baja, tipo sabana africana con suelo más arenoso y escasas acacias.


Comenzamos a ver Mursis solitarios o en pequeños grupos que van acompañando a su ganado.
De nuevo la pista asciende otro puerto montañoso donde en una curva encontramos un atractivo grupo de Mursis, mujeres y niños principalmente. Nos detenemos para verlos y fotografiarles. Es impresionante el ver una mujer con un plato de cerámica de más de 10 cm. de diámetro sujetado por el labio inferior abierto y separado del mentón y con muchos adornos, pinturas en el cuerpo, colmillos colgando y collares. Los niños y jóvenes con sus caras pintadas eran también muy atractivos.
Más adelante el terreno se aplana y nos desviamos por un camino que lleva hasta un poblado y allí entramos con furia fotográfica, cámaras en ristre, disparando a todo lo que se movía. Había una mujer que llevaba un Kalashnikov. Sin embargo son gente pacífica que solo quieren de nosotros unos pocos birrs.
Continuamos el camino hasta el pueblo de Hanna y allí hemos comido nuestro jamón y después tomado café en un bareto situado enfrente del bar en que estábamos. El café estaba rico y nosotros nos distrajimos con los niños que jugaban con los globos que les habíamos regalado.
Un guardia informa a Joaquín que no se permite pasar hasta el río por allí por culpa de las obras de la autovía que están haciendo los turcos y que además los Body, un pueblo donde los hombres son todos obesos, que andábamos buscando, hacía ya un mes que se habían trasladado al otro lado del río.
Por culpa de esto nuestros planes vuelven a alterarse y por tanto hemos de volver por el mismo camino aunque nos detenemos para ver otro grupo de Mursis y después llegamos a Jinka para refrescarnos en el mismo bar con jardín de ayer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario